Las comunidades digitales son un escape para muchas personas. Es una forma de compartir lo que nos gusta con gente igual a nosotros, que pueden apreciar esa cosa donde invertimos nuestra dedicación y tiempo.
Dentro de la plataforma Facebook se encuentran muchas comunidades relacionadas con el arte digital, la programación, vídeojuegos (tanto jugadores como desarrolladores), PixelArts o retoque fotográfico. Prácticamente cualquier software que sea usado por muchas personas alrededor del mundo, tiene su propia comunidad en Facebook, con miembros que buscan aprendizaje u opinión sobre sus avances en algún tema. Incluso todo eso se podría juntar para resumir la necesidad del ser humano en socializar.
La interacción entre los miembros de una comunidad tiende a ser respetuosa y solidaria, las personas dan por sentado que sólo se comunicarán con compañeros que comparten sus mismos intereses. El racismo, machismo o necedad, prácticamente están ausentes, cada quien nota el talento y los avances del otro, y eso lo respetan, porque lo han vivido. Los usuarios más experimentados pueden recurrir a una publicación novicia y ofrecer consejos, así como los mismos novatos tratarán de explicar algún concepto acorde a su nivel de conocimiento, ayudando a alguien que lo necesite y aprendiendo, porque no hay mejor forma de comprender algo, que intentar enseñarlo a alguien más.
Antes, las comunidades digitales se formaban en torno a los foros, plataformas donde los recursos se catalogan hasta formar como una gran biblioteca, basada en el conocimiento de cada miembro. Hoy en día se ha tomado el sendero más efímero, además de Facebook también se podrían mencionar las comunidades de Reddit, Amino, o cualquier red social similar.
Hasta ahora todo esta bien, o eso parece para nosotros. Las redes sociales generan una actividad diaria muy elevada. Si María comparte algo, por ejemplo una entrevista de algún artista, después de 48 horas es muy probable que aunque bajemos y bajemos en la bandeja de publicaciones, no encontremos el enlace de María. El mismo caso se puede aplicar en los miembros que buscan aprendizaje: si hacen una pregunta sencilla o complicada, después de una semana o incluso algunos meses, llegará otra persona y preguntará lo mismo, generando que los mismos usuarios participes en aquel primer momento, u otros nuevos, tengan que repetir una respuesta, perdiendo tiempo que podrían invertir en otra cosa.
El concepto de los foros esta hoy muriendo, podemos tomarlo y adaptarlo a los intereses actuales si cambiamos su enfoque: tomar lo mejor de una red social, un sitio web especializado y la vieja biblioteca. Así conseguiremos, quizás, una comunidad próspera y muy productiva, que puede servir como fuente de conocimiento, colaboración y amistad, entre todos nosotros.
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